Primer evento del proyecto: 15 de octubre de 2019
Reportaje recuprado del antiguo blog, Kairoos, germen de Laura De Arte, ya en 2019.
El recital, organizado por KAIROOS, unió a poetas de todo Pamplona
Otros grupos como Micros abiertos y estudiantes de la Universidad de Navarra, colaboraron con la creación del evento
LAURA CARAPETO MORENO- Pamplona.
El evento poético comenzó a las ocho de la tarde el martes 15 de octubre en el Rémix, bar situado en el barrio universitario de Iturrama. En este encuentro se llenó con la presencia de casi 20 personas que recitaron sus propias creaciones.
La iniciativa puesta en marcha por Miguel Barba, poeta y doctorando de Economía de la Universidad de Navarra, y Laura Carapeto, estudiante de la UNAV y directora del Proyecto Cultural KAIROOS, contó con la ayuda del grupo de Micrófonos abiertos, que celebra recitales todos los jueves en el centro de Pamplona.
El recital se desarrolló con el objetivo de aunar a los poetas residentes en la capital navarra y, por ello, asistieron personas de todas las edades: jóvenes universitarios, profesionales de mediana edad e incluso mayores, que disfrutaron de dos horas de declamación de versos con temáticas tan variadas como el amor, el sufrimiento, la violencia de género y la mitología griega.
Reflexión sobre el evento: ¿éxito o fracaso?
LAURA CARAPETO MORENO- Pamplona.
El Rémix estaba preparado desde hacía una semana para acoger a los poetas de Pamplona. No solo los de la Universidad de Navarra, sino a todo amante de la poesía que viviera en esta ciudad llevada a la fama por Hemingway.
La tarde anterior estuvo marcada por los preparativos. Los organizadores se entregaron a colocación de las mesas y sillas, a la preparación de las velas y a la escritura de versos inspiradores en los espejos del bar. Mientras, este espacio se iba transformando cada vez más en un lugar íntimo y bohemio. Sin embargo, una duda asaltaba incesante: «¿Vendrá alguien?».
El recital poético comenzó a las ocho y cuatro minutos de la tarde. Llegó el momento de comprobar si los poetas habían hecho suyo el evento y su objetivo: honrar a la humanidad con sus experiencias y versos. Los organizadores contaban con el dato de que el promedio de asistencia a estos eventos por parte de los artistas es de cinco o siete. En esta ocasión, toda duda inicial quedó disipada. Se presentaron delante del micrófono diecisiete poetas.
Entre los asistentes, se encontraban Nacho, que había puesto el bar, Mikel, el poeta que había cedido la megafonía y Laura y Miguel, creadores del evento. Pero esto no fue lo que motivó a los poetas a dejar a un lado sus ocupaciones, el posible susurro de la Musa en esa tarde de octubre.
El día quince estuvo marcado en su calendario porque sabían que asistían a un encuentro. Un compartir sensibilidades, temáticas y formas de mirar el mundo y plasmarlo en métrica y rima. En definitiva, un laboratorio de ideas, un termómetro con el que medir el amor a la belleza.
Este evento, nacido de una conversación entre amigos con cervezas de por medio, se convirtió en realidad. Pero, dejando un lado descripciones melancólicas y melosas, se puede decir que ese día sirvió más que para la autocomplacencia de un grupo de entusiasmados por las letras. Fue un encuentro con el que jóvenes y mayores de Pamplona, tanto navarros de toda la vida como de otras partes del globo, se conocieron, convergieron por fin en un mismo punto.
¿Cómo se mide el éxito de un recital de poesía?
«¿Cuándo habrá otro recital?». Esta fue la pregunta más repetida los siguientes días. Los organizadores recibían esta petición encubierta día sí, día también. A fin de cuentas, si esto hubiera sido un experimento social, podría concluirse que en ningún caso la humanidad está dormida o, mucho menos, se conforma con cualquier cosa y, con cualquier cosa, se hace referencia a vanalidades o entretenimiento barato.
Un profesor de la Universidad de Navarra, Bienvenido León, explica en sus clases de Producción televisiva que el público no recibe lo que reclama, sino que la calidad es algo que se busca, sea reclamado o no: lo bueno y lo bello son agradables, atractivos por sí mismos, y por ello, es injusto pensar que el público se conformará siempre con reality shows vacíos de sentido e interés. El ser humano busca ser más humano, más auténtico día a día y los temas derivados de este punto son los que verdaderamente tienen éxito.
Con ello, no se pretende decir que el evento tuvo éxito porque fue de máxima calidad, con estándares artísticos nunca vistos. No. Afirmar esto sería un tanto pedante y a la vez pretencioso y, además, demostraría no haber entendido la verdadera realidad de lo ocurrido esa tarde.
Lo destacable del acto no radicó en los textos, no era una competición o demostración de cualidades artísticas. El día 15 de octubre de 2019, en el Rémix se hizo una profesión de fe, a la vez silenciosa y a gritos.
Silenciosa, porque imperaba la reflexión y la comprensión de los textos. A gritos, porque con la presencia de tantos poetas se instaba al mundo a compartir esta postura, este amor por lo bello, lo trascendente y lo humano.
Amor, vida cotidiana, juventud, mitos griegos, violencia, acoso sexual, espiritualidad. Temas humanos, dados forma con palabras personales, dichas íntimamente, como quien revela a sus amigos un tesoro recién descubierto con el temor de no ser comprendido.
¿Alguien ha experimentado ese recogimiento profundo tras ver una obra de arte o un buen clásico de cine? Esta fue la sensación de los presentes al terminar la sesión. Fuera del bar, terminada la sesión, mares de humo y sonrisas cómplices se entremezclaban: la sensación de haber compartido un tesoro, algo sagrado, que había sido entendido y valorado y que necesitaba silencio y poso. Como conclusión, esa tarde fue la intuición demostrada empíricamente de que la humanidad tiene mucho que ofrecer, aunque el imaginario colectivo y algunas estadísticas luchen por demostrar lo contrario.