Pondera tus decisiones
Esta semana me ha pasado en dos ocasiones la misma situación: adquiero una formación y, a los dos días, esa persona pone de oferta exactamente el mismo producto que he adquirido en los días anteriores.
No sé si es que la decisión y la iniciativa son buenas siempre. Sinceramente, no escatimo ni un euro en mi formación. Igualmente, sí soy bastante selectiva y, bueno, creo que han sido dos curas de humildad.
Sin embargo, este no es el objetivo del post de hoy.
Hoy quiero decirte que, en este tipo de cuestiones menores, no importan tanto, pero las cosas importantes de la vida, más vale tener unas cuantas conversaciones, unos cuantos días para pensar y para ponderar la situación.
Y te lo digo porque sí he tenido la experiencia de cortar una relación de 5 años con la persona con la que me iba a casar. Tengo la experiencia de haberme mudado de ciudad y cambiado de trabajo. Todo para bien, la verdad, porque en un año mi vida ha dado un giro radical y ahora sí tengo lo que quiero.
A la hora de elegir una galería, a la hora de meterte en un proyecto o exposición e incluso, a la hora de ver de quién te fías en el mercado del arte, dedica tiempo a ponderarlo.
Esta palabra procede del latín “ponderare”, cuyo significado es “examinar el peso”. Y es precisamente la palabra indicada porque aquellas cuestiones que suponen un avance para ti, también suponen la adquisición de un peso.
Por ello, tienes que examinar el peso que traerá consigo esa nueva responsabilidad y descubrir, no sólo en qué consiste ese peso, sino también en si te compensa, puedes con él y hasta cuando será.
“Tú y yo hemos aprendido la lección al alistarnos en guerras que no son las nuestras, pero en las que hemos cometido el error de firmar por querer formar parte de ellas aunque fuera de manera moral. ”
No, si te gusta un proyecto puedes apoyarlo yendo a las exposiciones, animando a las personas, compartiendo sus contenidos, etc. No obstante, cada situación que te guste no supone una llamada clara del destino para que te unas y des tu tiempo y energía.
No es por ser egoísta, sino porque ya sabes lo que sucede con las personas que se comprometen sin estar preparadas o sin tener los recursos para ellos (formación, tiempo, energía y experiencia), acaban indefectiblemente en el fracaso.
Por ello, recomendación del día: examina el peso de las responsabilidades (propias y ajenas que pones sobre tus hombros).
Examina si lo que a priori es objetivamente bueno, es subjetivamente adecuado para ti en este momento, con las fuerzas de las que dispones ahora mismo.
Y si tienes que elegir, pon por delante siempre lo que vaya a repercutir en un mayor beneficio a largo plazo para tu carrera artística.